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Este documento proporciona un enfoque estratégico sobre el papel y los factores cruciales para el desarrollo del gas natural hoy en la transición energética en el contexto específico de América Latina y el Caribe.
El informe incluye un análisis de los escenarios del gas natural; un panorama general de la situación socioeconómica, energética y de emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) en la región; los principales factores para el desarrollo del gas natural y la descarbonización, y presenta perspectivas sobre cada país de la Región.
Esta iniciativa conjunta de Arpel, OLADE y la IGU trata de ilustrar la complejidad de la transición, reforzando la necesidad del diálogo entre instituciones para reducir el calentamiento global y promover un desarrollo socioeconómico sostenible para una población mundial en crecimiento. El cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas implica un enfoque holístico. Este no se limita únicamente a la energía, ya que el gas natural y los gases con bajas emisiones de carbono son también materia prima para productos químicos, fertilizantes y combustibles sintéticos.
El futuro del gas natural: algunas tendencias clave para un futuro muy incierto
Según el informe, el futuro de la energía es muy incierto. Mientras que la fuerza motriz del cambio climático y la consiguiente necesidad de transición a un sistema energético con bajas emisiones de carbono son evidentes, la naturaleza de la combinación energética en las próximas décadas es mucho más indeterminada, principalmente porque no es posible predecir con exactitud cómo y cuándo madurarán las tecnologías alternativas, alcanzarán la fase comercial y lograrán una amplia implementación.
A continuación, detallamos algunos de los mensajes clave extraídos de este análisis:
-lo más probable es que aumente la demanda de energía, impulsada por el crecimiento demográfico agravado por el desarrollo económico;
-habrá ventajas para el desarrollo de gases con bajas emisiones de carbono, como el biogás, biometano, el hidrógeno y el gas natural con CCUS;
-la industria del gas natural debe esforzarse por descarbonizar el gas natural, desarrollando nuevas alternativas y reduciendo la huella de carbono de las operaciones actuales, lo que incluye mantener y reforzar un enfoque en la eliminación de las emisiones de metano;
-se espera que el comercio y las infraestructuras de GNL sigan creciendo, y añadan flexibilidad y seguridad al suministro energético al tiempo que se abren oportunidades para desarrollar otras aplicaciones, como el aprovisionamiento de combustible.
Los países de América Latina y el Caribe podrían aprovechar la ventana actual de oportunidad para fomentar la creación de un mercado regional mediante la promoción de las condiciones adecuadas para la inversión en infraestructuras de E&P y gas para respaldar las necesidades del mercado, tanto para la demanda local como para la extranjera. La promoción de las prácticas recomendadas de ESG para las inversiones adicionales en E&P también podría ser un potente motor para respaldar el equilibrio de las finanzas públicas.
El informe pone de relieve que toda la región contribuye con el 8% anual, aproximadamente, del total mundial de emisiones GEI, y que menos de la mitad de estas emisiones deriva del uso de la energía. "América Latina y el Caribe deben, por tanto, construir sus propias agendas climáticas para el sector energético, equilibrando el desarrollo económico y la descarbonización a escala global", señala el informe.
La monetización de los recursos de gas natural puede generar más prosperidad
La pobreza y la desigualdad son dos de los retos socioeconómicos más críticos de la región. El 30% de sus más de 650 millones de habitantes vive en la pobreza, el 13% en la extrema pobreza, y la desigualdad social es enorme, con un PBI per cápita inferior a la media mundial.
Sin embargo, la región es rica en recursos de gas natural, y el sector del gas está bien establecido en muchos países, lo que contribuye significativamente al PBI, atrae inversiones extranjeras, crea empleo y mejora la vida de sus habitantes. El informe destaca varias oportunidades de monetización de los recursos nacionales para seguir aprovechando este éxito:
-Países como Trinidad y Tobago, Perú y Bolivia se han beneficiado de un crecimiento económico masivo en las dos últimas décadas gracias al desarrollo de los recursos de gas natural.
-El yacimiento de gas de Vaca Muerta, en Argentina, ha atraído 20.000 millones en inversiones y tiene el potencial de convertir a Argentina en el próximo país exportador de GNL de la región.
-Brasil ofrece oportunidades en la región del presal.
-Colombia ha demostrado las ventajas de la gasificación y es muy prometedora para el desarrollo de sus recientes descubrimientos en alta mar.
-Mientras que Guyana y Surinam son las dos estrellas emergentes de la industria del petróleo y el gas gracias a los enormes descubrimientos realizados en alta mar, que abren la posibilidad de impulsar drásticamente sus economías.
Surgen de forma natural nuevos polos de integración regional del gas
La dinámica de los patrones de suministro y consumo de gas natural ha ido cambiando en la región, y se han abierto oportunidades para brindar soluciones mutuamente beneficiosas a través de la integración regional del gas natural.
En el Cono Sur, el desarrollo de Vaca Muerta, la apertura del mercado de gas natural en Brasil que provoca aumentos de la demanda, y la dinámica de producción en Bolivia, están cambiando el mapa de integración de la subregión. Esto se combina con nuevas posibilidades de suministro de gas de Argentina a Brasil, directamente a través de nuevos gasoductos, a través de GNL, o en una solución integrada que incluya a Bolivia como centro de infraestructuras. La gran ventaja del Cono Sur es que la mayor parte de la infraestructura de gasoductos ya está construida.
Trinidad y Tobago, el mayor exportador de GNL de América Latina y el Caribe, y uno de los mayores exportadores de amoníaco y metanol del mundo, podría beneficiarse de los masivos recursos venezolanos de gas en alta mar. Otros países del norte de Sudamérica, Guyana, Colombia y Surinam, también han realizado descubrimientos masivos en alta mar en los últimos años, y esto crea un nuevo polo emergente para la integración del gas natural.
Por su parte, México está muy integrado con Estados Unidos, y hay algunos proyectos en marcha para procesar gas natural estadounidense en instalaciones mexicanas, con el fin de exportar GNL a la cuenca del Pacífico.
El GNL desempeñará un papel clave en la integración regional del gas y la seguridad energética, gracias a su flexibilidad y su capacidad de llegar a islas como el Caribe.
El Secretario Ejecutivo de Arpel, Carlos Garibaldi, declaró:
"La industria de petróleo y gas de América Latina y el Caribe comparte el sentido común de urgencia por frenar los efectos proyectados del cambio climático global, mediante la transición de nuestra matriz primaria regional hacia un peso aún mayor de las fuentes de energía renovables y de baja emisión. Arpel ha asumido la misión de impulsar la necesaria transformación del sector en esta región y ha incorporado las energías renovables a su ámbito de actuación. Al ser una región ecléctica, también entendemos que las transiciones deben ser justas y adaptarse a la estructura energética nacional e incluso local, al desarrollo y a las situaciones de pobreza.
Como su nombre lo indica, transición no significa sustitución abrupta. Implica tener el realismo y el pragmatismo necesarios para buscar sinergias y "victorias rápidas" hacia los objetivos de descarbonización.
Por lo tanto, el gas natural es un combustible de transición ideal para llenar el vacío entre la demanda de energía y el suministro renovable y de bajas emisiones".
El Vicepresidente de IGU, Andrea Stegher, manifestó:
"Una transición pragmática y justa requiere el mejor uso de todos los recursos disponibles. Definitivamente, el gas natural puede desempeñar un papel más importante en la región de América Latina y el Caribe para promover el desarrollo socioeconómico y contribuir, a su vez, a mejorar los objetivos climáticos. La Unión Internacional del Gas se enorgullece de esta cooperación de alta calidad con OLADE y Arpel y se compromete firmemente a fomentar un diálogo abierto y constructivo con los responsables de formular políticas y las partes interesadas para mejorar el papel del gas en la transición hacia economías con bajas emisiones de carbono."
El Secretario Ejecutivo de OLADE, Andrés Rebolledo, expresó:
"Los gobiernos de los estados miembros de OLADE se comprometen a brindar oportunidades a nuestra gente, a mejorar la calidad de vida en nuestras ciudades y a mitigar el cambio climático. Las transiciones energéticas en curso crean el espacio para avanzar en estos objetivos. El gas natural y otros gases con bajas emisiones de carbono tendrán, en varios países de nuestra región, un papel fundamental para garantizar la equidad de estas transiciones."