Desde siempre una industria en constante cambio, con nuevos desafíos y oportunidades en las transiciones energéticas de América Latina y el Caribe
La historia puede ser interpretada como el resultado de la tensión entre la continuidad y el cambio. Como dijo Heráclito hace unos 25 siglos, «lo único constante en la vida es el cambio».
Hace 58 años, ocho empresas estatales de petróleo y gas de América Latina y el Caribe decidieron fundar Arpel como vehículo de cooperación y asistencia técnica recíproca. Inicialmente y en su esencia, era un foro para el intercambio de conocimientos y de experiencias sobre temas mayormente relacionados con la eficiencia operacional y la seguridad industrial. Estamos orgullosos de ese legado y de seguir como siempre articulando y catalizando muchos eventos de asistencia técnica recíproca entre nuestras empresas asociadas.
Pero nuestra industria, su tecnología y su entorno han ido cambiando y, en consecuencia, las prioridades y necesidades de las asociadas. Como Arpel no es más que el reflejo y caja de resonancia de sus asociadas, también nuestra asociación ha ido adaptándose, evolucionando, creciendo y transformándose.
Arpel sigue convocando entre sus miembros activos a 14 empresas o grupos empresariales bajo control patrimonial gubernamental (de las cuales siete son sus fundadoras). Varias de esas empresas se han ido transformando y hoy trascienden fronteras nacionales y líneas de negocios, algunas adoptando modelos mixtos de gobernanza corporativa. Arpel, a lo largo de estas décadas, también ha sumado del sector privado a supermajors integrados globales, independientes regionales de upstream, downstream o integradas, empresas de midstream y empresas globales que ofrecen un amplio espectro de servicios a nuestra industria.
Por dicha evolución de nuestra industria y de la diversidad de nuestra membresía, hemos ido incorporando a nuestro métier temas como eficiencia energética, transformación digital, ciberseguridad, respeto a los ambientes físico, social y cultural, relacionamiento con comunidades, gestión sostenible (transparencia, cumplimiento), capital humano (atracción, captación y retención de talento, gestión del conocimiento, diversidad, inclusión y equidad), comunicación, cambio climático y transiciones energéticas. Abordamos esos temas gracias a los conocimientos y el tiempo que aportan nuestras asociadas a los diez comités de trabajo. Esos esfuerzos se han materializado desde siempre en productos concretos como conferencias, talleres, cursos, webinars, guías, manuales y white papers.
Pero el entorno de nuestro sector tradicional ha acelerado su velocidad de cambio en los últimos años y han aparecido nuevas condiciones de contorno, desafíos, dinámicas de riesgos y amenazas. Se encuentra no solamente bajo escrutinio político y social, sino hasta bajo interpelación existencial. Debe responder a las presiones que exigen descarbonizar prontamente los sistemas energéticos para atenuar los ya tangibles efectos del cambio climático, pero mientras tanto, debe continuar cumpliendo con su misión de satisfacer la creciente demanda energética de manera confiable, accesible, sostenible y equitativa. Desde Arpel apoyamos entonces transiciones energéticas que sean plurales y justas, que se apoyen en los recursos de los países de América Latina y el Caribe y las competencias de nuestra industria, y que además tengan en cuenta las diversas idiosincrasias energéticas y socioeconómicas de los países de nuestra región.
Los temas que tratamos en Arpel se han vuelto entonces transversales, porque en su conjunto hacen a la sostenibilidad de nuestra industria, al mantenimiento de su licencia social y a su capacidad de operar en medio de comunidades. Debemos enfocarnos más también en la comunicación con stakeholders externos. Mediante la profundización y expansión de sus redes institucionales con ministerios, agencias, y con organizaciones nacionales, regionales y globales empresarias y profesionales, Arpel se ha vuelto cada vez más visible en foros, conferencias, publicaciones y entrevistas. Se nos invita, consulta, interpela y escucha, y respondemos siempre de manera tersa, transparente, factual, no ideológica y tampoco confrontativa.
Siempre fuimos empresas de energía, y estos cambios traen también oportunidades. Hemos demostrado durante más de un siglo ser una industria con capacidades de innovación e implementación tecnológica, y de gestionar proyectos complejos, de gran escala requiriendo capitalización sustancial y bajo incertidumbres inherentes. En la intersección de las transiciones hacia matrices energéticas con menos emisiones y el legado de competencias técnicas de nuestra industria podemos apalancar, por ejemplo, la mayor utilización del gas natural, la captura de carbono y almacenamiento subterráneo, los biocombustibles, la energía geotérmica, la energía eólica marina, la minería del litio y la generación de hidrógeno en todos sus colores. Y el resto, lo podemos aprender.
Parafraseando a H.G. Wells, el imperativo inexorable es adaptarse, o perecer. Bajo esta dinámica de retos y oportunidades, nuestra industria regional de petróleo y gas está encarando su transformación. Varias de nuestras empresas asociadas no solo asumen compromisos hacia cero emisiones netas de gases de efecto de invernadero mediante la búsqueda de mayores eficiencias energéticas y la descarbonización de sus operaciones, procesos e instalaciones, sino que diversifican sus portafolios de oferta con fuentes renovables. Esto nos llevó el año pasado a alentar e impulsar esa transformación y adoptar una nueva denominación: Asociación de Empresas de Petróleo, Gas y Energía Renovable de América Latina y el Caribe.
Somos entonces agentes proactivos en las transiciones energéticas, pero concurrentemente, nuestros segmentos tradicionales deberán continuar siendo la columna vertebral del desarrollo regional por el futuro previsible. Sólo debemos comunicar más eficazmente estas realidades, nuestros esfuerzos y logros, y el pragmatismo necesario para lograr la descarbonización gradual de los sistemas energéticos sin comprometer el desarrollo socioeconómico y la calidad de vida de nuestras poblaciones.
Para terminar, quiero agradecer a las generaciones de quienes aportaron generosamente su saber y su tiempo como miembros de comités y de grupos de trabajo, representantes de las empresas asociadas ante la Asamblea, miembros del Directorio y de la Comisión Fiscal, secretarios ejecutivos y funcionarios de Arpel. Ha sido y continúa siendo una construcción conjunta; ellos entonces y hoy nosotros, somos Arpel. Feliz cumpleaños, que sigamos creciendo, aprendiendo, innovando, evolucionando y transformándonos, y que celebremos muchos más.
Ing. Carlos A. Garibaldi
Secretario Ejecutivo
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